Las cartas de amor, mi amor
Son en el fondo, ridículas,
Son en el fondo, ridículas,
Las cartas de amor, cuando hay amor,
Son siempre ridículas.
Porque los que se aman, si en verdad se aman,
Dicen y escriben cosas ridículas,
Porque el amor, el amor verdadero,
Te hace pensar en forma ridícula
Te hace pensar en forma ridícula
Y te convierte finalmente en una persona ridícula
Pero quién alguna vez no ha sido ridículo?
Quién no ha dicho te amo, te adoro, mi cielo, mi sol
Y ha suplicado hasta el ridículo.
Plebeyo, o señor, sabio o bruto,
en cuestiones de amor son todos ridículos
en cuestiones de amor son todos ridículos
Sólo los que nunca han amado,
los que nunca han creído
Se han salvado de gestos ridículos,
Los que por miedo al ridículo dicen que el amor es algo ridículo
Y viven así en su mundo ridículo,
Todos juntos, sin ningún amor,
Todos juntos, sin ningún amor,
Atrapados entre objetos y proyectos ridículos,
hablando de sus triunfos ridículos
Haciendo discursos ridículos, comportándose de un modo ridículo
Vanagloriándose de su machismo ridículo
Ridiculizando el amor con argumentos ridículos.
Pero el amor es sabio no es tonto,
Pero el amor es sabio no es tonto,
Nunca anida en pensamientos ridículos,
Vuela por sobre sus ideales ridículos
Y se posa únicamente en corazones ridículos
Como el tuyo y el mío, que no se cansan nunca de hacer el ridículo.
Como el tuyo y el mío, que no se cansan nunca de hacer el ridículo.
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